Uno de los temas que más nos preocupa, durante este periodo de confinamiento, es cómo sobrellevar el duelo, más aún teniendo en cuenta dos aspectos que hacen que esta situación sea tan complicada: que no pueda haber una despedida del ser querido que fallece y el hecho de que esta enfermedad se esté extendiendo tan rápido y con tanta virulencia, lo que agranda la preocupación de que en algún momento este tema nos toque de cerca.
Pero esta preocupación no solo viene por no saber cómo gestionar nosotros el duelo en estas circunstancias, sino, sobre todo, por cómo podemos ayudar a que nuestros hijos lo hagan. Pues, al fin y al cabo, ellos son los que menos herramientas tienen para hacerle frente a una situación así.
Por eso hemos hablado con la psicóloga Úrsula Perona, para que nos dé consejos para poder afrontar esta situación tan complicada en caso de que vernos en la tesitura de que alguna persona cercana nuestra no le gane la batalla al coronavirus.
Las fases del duelo
Como nos explica Úrsula Perona, el proceso de duele atraviesa una serie de etapas -que no siempre se dan en el mismo orden, ni todas las personas las experimentan de la misma manera- pero que podríamos clasificar en:
1. Fase caracterizada por la negación, incredulidad, sensación de irrealidad.
2. Fase de ira, enfado, rabia. Nos peleamos con lo que está sucediendo y no lo queremos aceptar.
3. Fase de negociación: empezamos a tomar contacto, a debatirnos, a negociar entre si aceptamos esta realidad y los sentimientos que conlleva o seguimos en la ira y la negación anteriores.
4. Fase de tristeza, depresión, profundo dolor. Esta es la fase que más solemos asociar al duelo.
5. Fase de aceptación, a la que llegaremos con el tiempo. En esta fase el duelo se cierra, dado que la intensidad de las emociones ha disminuido, somos capaces de aceptar la pérdida del ser querido, lo que no significa que siga doliendo o le sigamos extrañando, pero ya somos capaces de continuar con nuestra vida y seguir adelante.
Estas serían las fases que atraviesa el duelo en unas circunstancias “normales”, como indica Úrsula. Pero la tesitura que estamos viviendo es completamente inusual y, por lo tanto, se complica mucho la gestión de este duelo, pues “hay una situación fuera de control, no podemos acompañar ni cuidar a nuestros seres queridos enfermos, puede aparecer la culpa o el autorreproche por no poder estar allí, no podemos despedirnos adecuadamente…”. Esto facilita que podamos experimentar el duelo bloqueado o el duelo patológico, que Úrsula Perona describe como:
– Duelo bloqueado: se da cuando bloqueamos algunas emociones durante este proceso y no nos permitimos experimentarlas.
– Duelo patológico: nos estancamos en alguna de las fases del duelo y no conseguimos salir de ahí y continuar adelante.
Consejos para ayudar a nuestros hijos a gestionar el duelo
1. Como bien señala la psicóloga, tenemos que tener en cuenta que “las personas que más apoyo le pueden dar en esta situación somos los padres, y nosotros también estamos atravesando, porque también hemos perdido a un ser querido. Entonces, no estamos todo lo disponibles emocionalmente que nos gustaría”.
Por lo tanto, es recomendable que les facilitemos que busquen apoyo en otras personas que no estén tan vinculadas emocionalmente (otra rama de la familia, amigos, profesores…).
2. Les tenemos que dar la posibilidad de despedirse de alguna manera del ser querido. En este punto, Úrsula nos recomienda que aprovechemos que los niños se expresan emocionalmente muy bien a través de la creatividad. Así pues, “vamos a favorecerles el hacer un dibujo con la persona fallecida, escribir una carta de despedida… y hacer un pequeño un ritual que les ayude a, de alguna manera, despedirse de esa persona, por ejemplo, hinchar unos globos y soltarlos por la ventana o mandarle simbólicamente por correo el dibujo y la carta”.
3. No bloquear las emociones, permitir que den rienda suelta a lo que sienten. Y para conseguir esto, tenemos que respetarlas. “Es normal que en estos días el niño/a esté más triste, con pocas ganas de hacer cosas, y forzar una reincorporación demasiado pronto a la normalidad no le va a ayudar, respetar eso también es importante. Debemos darle la posibilidad de experimentar esas emociones y de transmitirlas”. Está bien hablar de la persona que hemos perdido, permitirnos expresar lo que sentimos y volver a la actividad de forma progresiva cuando nos sintamos (y se sientan) preparados, “pero siempre respetando los ritmos naturales del duelo”, apunta Úrsula.
4. Buscar momentos de calidez y bienestar en familia, de apoyo mutuo.