“Ninguno de los factores que intervienen en la obesidad de un niño están bajo su control” decía el chef y experto en nutrición Juan Llorca en una maravillosa ponencia en el evento Gestionando hijos haciendo hincapié en la responsabilidad que tenemos las madres y padres en la salud y la alimentación de los niños.
Para demostrar la importancia que tiene la familia en la alimentación y la adquisición de determinados hábitos, Juan Llorca nos contó algunos datos extraídos de investigaciones al respecto (Journal of the Yoth and Adolescence, 2013) que demuestran que comer en familia puede proteger a los adolescentes de:
- Consumo de alcohol, tabaco, marihuana y otras drogas
- Conductas agresivas o violentas
- Bajo rendimiento escolar
- Problemas de salud mental
- Trastornos del comportamiento alimentario
Pero no solo esto, también nos contó que, (según Pediatrics, 2015), compartir tres o más comidas en familia a la semana reduce las probabilidades de:
- Sufrir exceso de peso en un 12%
- Tomen alimentos malsanos en un 20%
- Padezcan trastornos de la alimentación en un 35%
Así pues, Juan Llorca apuntó que en estos momentos que compartimos con nuestros hijos alrededor de la mesa, ellos tienen unas responsabilidades y nosotros tenemos otras. Y, entre las nuestras, entra algo a lo que él le da mucha importancia: el respeto. Aunque no es la única. Vamos a verlas.
La responsabilidad de las madres y padres en la alimentación de los niños
- Escoger los alimentos disponibles: qué alimentos vamos a darles, cómo los presentamos y cuándo. Esto es una de las principales responsabilidades que tenemos los adultos, pues hasta que nuestros hijos tienen una determinada edad, somos nosotros los que elegimos qué alimentos compramos, si los cocinamos al vapor o a la plancha…
- Participar, en la medida de lo posible, en la selección de los alimentos que se ofrecen en el menú: esta es una de las responsabilidades que podemos atribuir a nuestros hijos en cuanto a alimentación se refiere, pero en el fondo también es nuestra, pues somos nosotros los que debemos involucrarles en su alimentación desde que son pequeños, porque así cuando crezcan serán mucho más conscientes de la importancia que tiene.
Sin embargo, en estas responsabilidades es muy importante que tengamos en cuenta el respeto. Si contamos con su opinión, les escuchamos y no les imponemos todos los días lo que tienen que comer y cenar, sino que compartimos e intercambiamos opiniones con ellos, estaremos respetando a nuestros hijos y no les estaremos creando rechazo hacia algunos alimentos, por ejemplo.
- Dar ejemplo: Esto es muy importante, porque nuestros hijos e hijas nos admiran muchísimo más de lo que pensamos. Somos sus referentes y no podemos pretender que ellos coman verdura mientras nosotros nos comemos un bocadillo. Porque no lo van a hacer.
- Ofrecer raciones adaptadas a la edad y sensación de hambre y saciedad expresada por el niño: Juan quiso darle a esta responsabilidad especial importancia. Para explicar por qué es tan importante este punto, Juan Llorca puso un ejemplo: “Nadie de aquí puede decirme cuánta hambre tengo yo en estos momentos, ¿verdad?”. Sin embargo, con nuestros hijos ya sabemos nosotros que se lo tienen que terminar todo, que no pueden dejarse nada en el plato o que no ha comido casi nada. Y de esta manera no estamos teniendo en cuenta si ellos tienen más o menos hambre, o si quieren comer más o menos, no les estamos respetando ni teniendo en cuenta sus preferencias.
- Por lo tanto, por otra parte, la responsabilidad del niño es comer la cantidad de alimentos adaptada a su sensación de hambre y saciedad.
Os dejamos la ponencia para que podáis disfrutarla.