Son muchos los psicólogos que alertan del miedo tan atroz que le tienen muchos niños al coronavirus. Un miedo que les limita a la hora de desarrollar su vida. Muchos de estos niños no quieren ir al colegio, no quieren salir de casa…
En medio de esta situación se encuentran los medios de comunicación. En un momento en el que un porcentaje altísimo del contenido que publican los medios está protagonizado por el coronavirus, la ponencia que ofreció la experta en inteligencia emocional Begoña Ibarrola en un evento Gestionando hijos cobra una relevancia mayúscula.
«Los medios tienen que contar buenas noticias también. Porque les estamos creando la idea a nuestros niños y niñas de que el mundo es un lugar horroroso, lleno de asesinos, violadores, pederastas, corruptos. Esto no es cierto», recuerda Begoña en su ponencia.
¿Debemos impedir que nuestros hijos vean las noticias?
Sin embargo, si cualquier niño sigue un informativo con sus padres, la visión del mundo que se le transmite es otra. Y ahora, en plena pandemia, más aún. Debemos, por tanto, ser muy cuidadosos con lo que ven nuestros hijos. Pero, entonces, ¿debemos impedir a nuestros hijos ver las noticias?
Ante esta pregunta de Leo Farache, director de Gestionando hijos, Begoña responde: “Yo creo que depende de la edad de los hijos. Si son menores de siete años yo no los expondría a las noticias”, porque la televisión es morbosa, “le encanta regodearse en ciertos temas que el cerebro infantil no está preparado para asimilar y digerir”. Pasados los siete años, “podemos comentar esas noticias, ver el impacto que ha causado en nuestros hijos, ver si tienen alguna duda, porque si se quedan con dudas van a fabular y van a buscar problemas donde no los hay”. En el caso de que alguno de nuestros hijos fuera más sensible, Begoña propone “darle una información veraz pero sin detalles. Nunca ocultemos la realidad, porque se la van a encontrar fuera, se lo va a comentar un amigo: “Oye, que ha entrado un chico en un colegio y ha matado a sus compañeros”. Es que eso lo comentan entre ellos”. En resumen, se trata de estar muy pendientes “para ver cómo digieren” las noticias.
¿Cómo podemos educar en el ser en medio de noticias que alaban el tener?
Lucía recuerda que en las encuestas muy buena parte de los millennials quieren ser ricos y famosos. ¿Cómo podemos contrarrestar estos valores en casa?, le pregunta a Begoña. La autora de cuentos infantiles y psicóloga afirma que “hay dos tipos de valores. En nuestra sociedad, sobre todo los medios abundan mucho en la cultura del tener. Pero la cultura del tener genera resentimiento, envidias, mucha problemática de tipo emocional, porque siempre alguien va a sentirse excluido, porque no tiene y quiere tener. Tendríamos que educar en la cultura del ser: sé feliz tú como eres, acéptate, quiérete, no te compares con los demás. Si a lo mejor esa persona es famosa y es infeliz. Busca tu felicidad”. De hecho, subraya Begoña, “los estudios nos dicen que la riqueza no aporta felicidad más que los primeros seis meses”. Por eso, se muestra partidaria de rescatar “los valores del ser, que te den autonomía personal, autoestima, confianza, que busques en qué talentos puedes destacar y cuál es tu aportación para la mejora del mundo, ¿no? Porque así te vas a sentir feliz. Los medios de comunicación siempre están poniendo el acento en los valores de tener y eso genera muchos problemas para las familias que quieren educar en otros valores. Pero no nos queda más remedio que hacer ver esos contravalores y rescatar los valores del ser en casa”.
Ante esto, Leo Farache recuerda que en realidad a veces decimos delante de nuestros hijos que ojalá nos toque la lotería para dejar de trabajar. Begoña afirma que “los valores que vives son los que estás transmitiendo. Tú puedes dar un discurso, pero lo que va a calar en tus hijos es lo que te ven hacer a ti”. E insiste: ”Todos los estudios nos dicen que para ser muy feliz lo que tenemos que hacer es ser muy agradecidos, lo segundo querernos a nosotros mismos, lo tercero buscar un trabajo donde tus talentos se pongan en funcionamiento y aportes algo a los demás, lo cuarto que tengas amigos… Todo eso lo tenemos que rescatar para que nuestros hijos separen los valores del tener de los valores del ser”.