¿Quiénes de nosotros no hemos sentido alguna vez miedo a la hora de educar? ¿Quién no se ha levantado diez veces en mitad de la noche a comprobar que el bebé respira? ¿Quién no se ha agobiado leyendo artículos de los terribles dos, los terribles tres…? ¿Quién no está pensando ya en la adolescencia cuando el niño aún tiene solo 6 años?
La experta en disciplina positiva María Soto empieza una ponencia maravillosa en un evento Gestionando hijos planteándonos estas preguntas. La gente del público asiente. Nos vemos reflejados en esas preguntas. «Sentir miedo es necesario, pero lo que no puede ser es que el miedo sea el timón de nuestra vida», no dice María a continuación. «El miedo es un poco mentiroso y nos lleva a inventar historias. A gastar muchísima energía preocupándonos por cosas que realmente no van a pasar».
¿Qué ocurre, además? Ese miedo no solo nos afecta a nosotros, a los padres, afecta también a nuestro hijos, porque en nuestro intento desesperado por evitar que se cumplan nuestros peores miedos, sacamos nuestra peor versión: controladora, sobreprotectora, negligente o confusa, nos recuerda María. Para, a continuación, decirnos algo con mucho sentido común: «no hace falta vivir en pánico para educar, basta con ser prudentes».
«Educar sin miedo» es una ponencia maravillosa que os dejamos para que disfrutéis en la que María Soto nos invita a educar desde la calma.
5 reflexiones para educar sin miedo
- ¿Qué le estoy transmitiendo?
Nuestros hijos e hijas interpretan nuestras emociones, nos captan, nos leen. La parte racional del cerebro de nuestros hijos se va formando a partir de sus experiencias emocionales. Entonces, cuando los niños no saben qué pasa, con lo que se van a quedar es con lo que nosotros, padres y madres (y también su entorno), les estemos proyectando. María Soto explica esto con un ejemplo muy útil: “Estáis todo el verano convenciendo a vuestro hijo de que el colegio es el mejor sitio del mundo, pero llega a la puerta y se encuentra a 20 niños llorando, ¿qué hace vuestro hijo?”.
- ¿A qué tenemos miedo?
Problemas con la comida, niños retadores, rabietas, actitud desafiante… Estas son situaciones con las que los padres y madres tenemos que lidiar habitualmente y que tanto miedo nos provocan. No obstante, es importante que tengamos en cuenta que esto es en lo que consiste “ser niño”, apunta María, “esto no debería darnos miedo o preocuparnos, esto son las capacidades que traen nuestros niños y que hay que perfilar para convertirlas en habilidades para la vida”.
- ¿Hay que erradicar las malas conductas de nuestros hijos?
Antes que nada, María Soto apunta: “No se trata de malas conductas, son malas decisiones” que, en lugar de erradicar, sería conveniente entender las motivaciones que llevan a nuestros hijos e hijas a tomar esas decisiones y ayudarles a que tengan buenas ideas.
- ¿Qué necesitan nuestros hijos para saber que les tenemos en cuenta?
Atención, poder, justicia y capacidad. “Cada vez que nuestros hijos tienen un ‘mal comportamiento’ o toman una mala decisión es porque creen que les falta algún elemento de esta lista”, explica María. Porque, aunque nosotros como padres y madres intentemos ser lo más justos posible, dotarles de poder, ser justos y capacitarles, puede que ellos no lo perciban de esta manera.
- Tengamos el valor de ser imperfectos
En este sentido, conviene preguntarnos: ¿qué queremos? ¿que nuestros hijos no fallen o que aprendan de sus errores? Esta misma lógica nos la tenemos que aplicar a nosotros mismos, tenemos que permitirnos fallar y, por ende, aprender de los errores cometidos. Como bien dice María, “esa idea de calma, de tranquilidad, de padres perfectos… eso no existe”.
Para concluir su ponencia, María lanzó al público dos consejos más, los mismos que le daban a ella sus padres cuando era joven: “Tened el valor de ser vosotros mismos, de ser diferentes”; y, por otro lado, “no os preocupéis por hacerlo bien, hacedlo bonito”.