Cuando nos íbamos los fines de semana de excursión a la sierra o a hacer algún plan en familia, era montarnos en el coche y que nuestros hijos de 11 y 14 años se pusieran los auriculares y “desaparecieran”.
Mi marido y yo íbamos conversando y nos daba mucha rabia que para un día a la semana que podíamos hacer algo los 4 juntos, nuestros hijos se aislaran de esa manera. ¿Tan importante es lo que estáis escuchando? Les solía preguntar yo. – Mamá, no seas pesada, solo es Spotify. Ahora ya, por lo menos, conocíamos el nombre del causante de nuestra incomunicación familiar: Spotify.
Un día, después de muchos fines de semana así, se me vino a la cabeza la famosa frase: “si no puedes con el enemigo, únete a él”. Y decidí adaptarla a la situación que tanto me incomodaba. ¿Cómo? Propuse a mis hijos que durante la semana pensáramos 5 canciones que nos encantaran y que el viernes las pusiéramos en común. Con las 5 canciones de cada uno haríamos una lista de 20 canciones que iríamos escuchando todos juntos en el coche, sin necesidad de que cada uno se pusiera unos auriculares para escuchar las suyas. Para mi sorpresa, les pareció una muy buena idea.
Ahora, cuando vamos de excusión, escuchamos música, pero esto no nos impide mantener alguna que otra charla.
Y como ya me he reconciliado con el que hasta ese momento era mi enemigo, lo uso yo también en mis trayectos en autobús al trabajo. Y como no tengo nadie con quién conversar, yo también me pongo los auriculares 😉