Se ha hablado mucho de las consecuencias a nivel académico que acarreó sobre los niños y niñas el cierre prematuro de los colegios el pasado mes de marzo. Pero, ¿y a nivel de socialización? La sociablidad es una de las necesidades básicas del ser humano y nuestros hijos hace 2 meses y medio que no se relacionan y juegan con otros niños. Pueden salir a la calle con su bici, su patín, sus juguetes, acompañados de un adulto… pero no pueden jugar en los parques con sus amigos, con otros niños.
Y, además, la vuelta al colegio en septiembre no parece muy alentadora: mantener una distancia de seguridad de 2 metros no mejorará la situación. En Francia ya han abierto las escuelas y los niños salen al patio a encerrarse en un circulo que les dibujan con tiza en el suelo que está, por supuesto, a 2 metros del circulo de su compañero más cercano. ¿Cómo afectará esto a su capacidad de relacionarse? ¿Qué podemos hacer madres y padres para contrarrestar estos efectos?
Estas preguntas se las hemos trasladado al psicólogo y doctor en educación Rafa Guerrero que nos ha contestado en este breve vídeo.
Consecuencias de esta falta de socialibilidad impuesta
A pesar de que no se reducen solo a dos, Rafa nos ha destacado las que a su juicio son las dos más importantes:
- Repercusión a nivel emocional: frustración, tristeza, irritabilidad…
- Falta de aprendizaje. Nuestros hijos aprenden a relacionarse relacionándose, aprenden a resolver conflictos teniéndolos…
¿Qué podemos hacer madres y padres?
Aunque la situación es la que es y las madres y padres no tenemos mucho margen de maniobra, Rafa nos propone que:
- Legitimemos las emociones de nuestros hijos. Si están tristes porque no pueden ver a sus amigos, que les entendamos, que validemos esa emoción. La situación es difícil para todos, también para ellos.
- Utilicemos los dispositivos electrónicos de una manera inteligente. No tanto para que realicen actividades individuales que les aíslen del mundo, sino para se conecten con el mundo: con otros amigos, con sus familiares…. Socializar a través de una pantalla no es lo ideal pero es lo único que, por el momento, tenemos.
- Entender que la solución a este déficit de sociabilidad solo llegará cuando todo esto pase y nuestros hijos vuelvan a jugar con sus amigos. Por tanto, calma y paciencia.