Hace ya algún tiempo que a nuestras cenas hemos invitado a un nuevo comensal. Un comensal que, además, nunca falla, siempre que se le invita aparece. Además, no interactúa en grupo, solo de forma individual, lo que dificulta mucho las conversaciones grupales. ¿Te suena? Hablamos del teléfono móvil.
Le invitamos no solo a grandes reuniones familiares, sino también a nuestras cenas diarias con nuestros hijos. También come con nosotros cuando estamos solos. Pero, ¿qué ocurre cuando aparece este nuevo invitado? Lo vemos en este vídeo:
Este vídeo pertenece a la campaña de Orange ‘Por un uso Love de la tecnología’, de la que extraemos algunos pensamientos: ¿realmente somos conscientes de que «desaparecemos» cada vez que consultamos nuestro dispositivo? ¿qué ejemplo estamos dandoa nuestros hijos? ¿cómo nos sentimos cada vez que alguien consulta su móvil y nos deja con la palabra en la boca?
De esto hablamos con la psicóloga Úrsula Perona.
- Úrsula, en casi todas las comidas familiares hay un nuevo comensal: el móvil. Hay quién se defiende alegando que el móvil es similar a otros dispositivos que tenemos más aceptados, como la televisión o la radio. ¿Es así?
Lamentablemente es una estampa habitual en nuestros hogares y en restaurantes a la hora de la comida. Tenemos un dispositivo que tiene una gran utilidad y nos ayuda a relacionarnos, comunicarnos y acceder a contenidos variados como entretenimiento, compras o noticias, pero no sabemos hacer un uso racional de él.
El uso generalizado del móvil es relativamente reciente, por lo que no existen aún normas claras sociales respecto a su uso. A menudo tampoco somos conscientes de cómo afecta al otro que lo usemos. Por ejemplo, si estoy tomando un café con una amiga y atiendo una llamada delante de ella, ¿es de buena educación?.¿Y si me pongo a responder mensajes de texto continuamente, interrumpiendo la conversación?
Respecto a que se puede equiparar su uso durante las comidas al de la televisión, nada más lejos de la realidad. La televisión o la radio son pasivas, solo escuchamos o miramos, pero no interactuamos con ellas. El móvil es interactivo, requiere de nuestra atención, pero también de nuestra acción.
- Como hemos visto en el vídeo anterior, cada vez que consultamos el móvil es como si desapareciéramos de la mesa. ¿Tanto nos aleja de las personas que están con nosotros?
Personalmente considero que no es recomendable comer viendo la televisión ni escuchando la radio, ni mucho menos usando el móvil. Comer es un acto social, no se trata meramente de ingerir alimentos. Es una ocasión para dialogar, para compartir, para recibir y dar apoyo, para aprender y para enseñar. Si usamos la tecnología, perdemos todas estas oportunidades. El móvil nos aísla totalmente de las personas con las que estamos. Mientras miramos el teléfono perdemos la posibilidad de interaccionar con los demás.
En el ajetreado ritmo que llevamos, a menudo la comida o la cena son el único momento que tenemos para pasar tiempo de calidad con los nuestros. Si permitimos el uso del móvil, perdemos esta oportunidad. Entorpece la comunicación, la conexión emocional, y las relaciones afectivas.Me parece muy recomendable poner como “norma de la casa” que no se usa el móvil en la mesa. Y es una norma para todos: mayores y pequeños. Todos lo teléfonos fuera a la hora de comer. Y la televisión apagada! Veréis como fluye la comunicación!
- Más allá de este aislamiento, ¿qué otros efectos negativos puede producir comer con el móvil cerca?
Comer con el móvil nos desconecta no solo de nuestros acompañantes, sino también de nuestras sensaciones corporales y de nuestras emociones. Si comemos con la televisión o el teléfono, somos menos conscientes de nuestras sensaciones de saciedad, y puede que ingiramos alimentos de forma automática, sin prestar atención a si realmente seguimos teniendo hambre. Comemos sin consciencia. Así que su uso durante las comidas está relacionado con el sobrepeso. Por otro lado, sobretodo en los más pequeños, puede tener el efecto contrario, que se distraigan y no coman.
la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria(AEPap) en su Décalogo de una alimentación sana, desaconseja explícitamente que se use la tecnología mientras los niños comen.
- A veces somos nosotros mismos los que les damos una tableta a nuestros hijos para que no se aburran y permanezcan quietos en la mesa, mientras nosotros charlamos con amigos… ¿somos realmente conscientes del daño que estamos haciendo con esta acción?
Creo que no somos conscientes, porque si lo fuéramos, dudo mucho que lo hiciéramos. Todos los padres queremos lo mejor para nuestros hijos. Por eso considero tan importante formarnos e informarnos en el buen uso de las TIC (Tecnologías de la información y la comunicación) , pues como comentaba, son recientes y desconocemos su impacto.
- ¿Qué medidas tendríamos que poner en marcha para evitar que esto ocurriera en nuestra casa?
Es tan sencillo como poner un límite claro y bien definido. No se puede usar el móvil en la mesa. Y muy importante!: los mayores predicamos con el ejemplo.
- Cenar todos juntos en familia, sin dispositivos… ¿para qué podemos aprovechar estos ratitos?
Son momentos de oro. Momentos para reconectar con nuestros hijos, con nuestra pareja. Para contarnos cómo nos ha ido el día, cómo nos encontramos, lo que nos ha sucedido. Son perlas educativas, y digo perlas, porque cada vez es más difícil encontrar momentos de sosiego para conectar con nuestros hijos. Las comidas y cenas en familia pueden ser una oportunidad maravillosa para consolidar los vínculos de apego, para favorecer un clima de comunicación y de confianza. Pero si estamos todos mirando el móvil, difícilmente ocurrirá.