A estas alturas, ya no queda casi nadie que no maneje al menos una contraseña. Lo más normal es que tengamos cada día la necesidad de utilizar varias para acceder a distintos servicios que tienen que ver con Internet. Perfil en redes sociales, gestiones en banca electrónica, compras en tiendas online, descargas de apps en el móvil, acceso a correo electrónico, la red wifi o el router de casa…
Se ha vuelto totalmente cotidiano el hecho de tener nombre de usuario y contraseña para verificar nuestra identidad y, en muchos de esos casos la pareja ‘identidad + contraseña’ se asocia a nuestro nombre real, nuestro domicilio, nuestra ubicación, nuestros datos bancarios, nuestro número de teléfono o nuestras relaciones cibernéticas. Por eso es fundamental prestar atención a cómo elegimos, mantenemos o gestionamos nuestras contraseñas.
Sin embargo, parece que no somos demasiado buenos inventando contraseñas. De hecho, cada vez que se hacen públicos los resultados anuales del ranking de passwords más utilizadas por usuarios de Internet de todo el mundo, nos enteramos de que “la más popular del mundo sigue siendo ‘123456’”. Así que no cabe duda de que somos reacios a cambiar de contraseña y reacios a intentar crearlas con un poco de atención.
Nosotros y las contraseñas, hoy:
- Las creamos buscando la facilidad.
- Tendemos a utilizar las mismas para distintos servicios.
- No solemos cambiarlas.
Mejorar es importante porque, aunque cuando confiamos en un servicio online esperamos que éste custodie adecuadamente nuestros datos, la realidad es que los incidentes de seguridad ocurren y parte de una buena protección en Internet empieza con nosotros.
Tu próxima contraseña será:
NO ÚNICA: es mejor no utilizar la misma contraseña para todo así que, aunque nos cueste, habrá que crear distintas combinaciones (y recordarlas).
TEMPORAL: cada cierto tiempo hay que cambiar las contraseñas.
MIXTA y LARGA: que tenga muchos caracteres, incluso 12 o más, aunque nos dé mucha pereza. Y que tenga mayúsculas, minúsculas, números y otros símbolos como barras inclinadas, guiones, signos de exclamación…
ALEATORIA: que no tenga que ver con el servicio que usas o con algo personalmente relacionado contigo (fecha de nacimiento, nombre…). En definitiva, difícil de adivinar.
Algunas ideas para crear contraseñas
Lo idea más sencilla consiste en elegir una frase o asociación de palabras fácil de recordar y después realizar cambios.
Opción 1: utilizar una frase
- “Tecnología en Familia”.
- ponemos símbolos al principio y al final: ¡TecnologíaEnFamilia&
- convertimos algunas letras en números: las “i” las cambiamos por 1 y las “o” pasan a ser 8. Y quitamos tildes. ¡Tecn8l8g1EnFam1l1a&
Opción 2: mezcla de caracteres aludiendo a conceptos que recuerdes
- Family ON Exploradores Luchadores
- Nos quedamos con las dos primeras letras de cada palabra, respetando mayúsculas y minúsculas: FaOnExLu
- añadimos símbolos: $FaOnExLu$
- añadimos en los extremos el número de miembros de nuestra familia: 5$FaOnExLu$5
Una vez tienes tus contraseñas creadas, puedes apuntarlas en un papel si crees que te va a resultar imposible recordarlas (pero no dejes el papel a la vista…). Mucho mejor es, por ejemplo, recurrir a los gestores de contraseñas.
Existen programas y aplicaciones para gestionar nuestras contraseñas. Funcionan detectando, mientras navegas por Internet, si se te solicita crear una contraseña. Y entonces las crean y las recuerdan para las siguientes ocasiones en que regreses a esa web. Puedes también optar por crear tus distintas contraseñas y guardarlas dentro del gestor para cuando se te olviden. Son útiles entre otras cosas porque cambian las contraseñas de una determinada página o de un servicio si se detecta que ha habido alguna grieta de seguridad. Algunos gestores son gratis y otros no, la mayoría pueden utilizarse en el ordenador y tienen además versión disponible para utilizarlos en el móvil a través de una app. Con estos gestores, tú sólo tienes que recordar una contraseña (la que te permite utilizarlos) y luego se encargan ellos. Eso sí, esa contraseña de inicio debe ser segura, larga, con mayúsculas y minúsculas, con números y signos de puntuación.
Más ideas y sugerencias sobre contraseñas aquí, aquí, en la Asociación de Internautas, en la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) o con el experto en ciberseguridad Bruce Schneier.