Durante este último año, el aislamiento social nos ha obligado a sumergirnos en el “teletrabajo” y el “telecole”, con todas las consecuencias que conllevan. Pasamos muchas horas del día rodeados de pantallas, y esto se extiende cada vez más a nuestro tiempo de ocio y también al de nuestros hijos e hijas.
Ahora que ya estamos familiarizados con Netflix, Instagram, Youtube o Tiktok, llega una nueva plataforma que está arrasando entre los adolescentes: Twitch. Si todavía no te suenan términos como “live streaming”, “streamer” o “bits”, no te preocupes, en este artículo te ayudaremos a comprender cómo funciona Twitch y por qué es tan importante que conozcamos todo lo que nuestros hijos pueden hacer en esta plataforma.
¿Qué es Twitch?
Twitch es una plataforma parecida a Youtube, pero en la que los creadores de contenido (o streamers) se conectan en directo con su audiencia. Esto se conoce como “live streaming”, transmisión en vivo, y es la clave de Twitch. Los usuarios no dejan de crecer y una gran parte de ellos, el 41%, son menores que acaban convirtiéndose en suscriptores mediante el pago de pequeñas cantidades al mes a sus streamers favoritos.
El continuo flujo de contenidos, la posibilidad de chatear en directo con miles de personas desconocidas y las ventajas que se adquieren al pagar son algunos de los riesgos de esta plataforma de entretenimiento que ha crecido exponencialmente durante la pandemia.
Para que nos hagamos una idea, Twitch consigue reunir a más de 2 millones de espectadores de forma simultánea, esto está muy cerca del récord de uno de los programas más vistos de la televisión como es Masterchef, con 2,6 millones de espectadores.
Lo que debemos tener en cuenta sobre Twitch
- Es una plataforma abierta a todo el mundo
En Twitch encontraremos a muchísima gente jugando a videojuegos, pero también hay canales para ver a otros cocinando en directo, charlando, dibujando e incluso tocando instrumentos. No hace falta suscribirse ni registrarse para entrar a ver el contenido.
Los términos de la web indican que se debe tener mínimo 13 años para entrar, pero la realidad es que no existe ningún control de edad real y los niños y niñas pueden acceder a millones de canales diferentes, y de todas partes del mundo, en un par de clics.
- Permite chatear en tiempo real con miles de personas
Suscribirse es tan fácil como proporcionar una dirección de correo y te da acceso a los chats, uno de los motivos del éxito de Twitch. Los creadores de contenido como, por ejemplo, los famosos Ibai Llanos, Auronplay o Elrubius, utilizan el chat para charlar con sus seguidores y así generar una relación más cercana que en otras plataformas. El problema principal es que cualquiera puede participar en un chat y no existe control parental ni tampoco filtros para lenguaje inapropiado. Recordemos que la posibilidad de que nuestros hijos hablen con desconocidos es un gran riesgo para su seguridad, ya que no podemos saber quién se oculta detrás de una pantalla.
- Pagos y suscripciones sin supervisión
A pesar de que cualquiera puede acceder sin registrarse, es necesario pagar una cuota mensual para acceder a algunas ventajas de Twitch, como emoticonos personalizados o visualización sin anuncios, entre otras cosas. Uno de los mayores riesgos para los menores es que no hay límite de suscripciones y se puede realizar el pago mediante tarjeta de crédito, paypal o gratuitamente si tienes Amazon Prime. Todos estos incentivos para pagar pueden derivar en una adicción, como le ocurrió a Juan, un joven de 17 años que llegó a gastar 600 euros en suscripciones de Twitch.
- La moneda de Twitch: los bits
Además de las suscripciones, la plataforma cuenta con su propia moneda virtual, conocida como bits, con un coste de 1,77 euros por un paquete de 100 bits. Siguiendo la cultura del live streaming, los espectadores pueden hacer aportaciones económicas durante el directo, en tiempo real, y así recompensar a sus streamers favoritos con bits.
Por todos estos motivos, es imprescindible que seamos conscientes de los riesgos de la plataforma y evitemos un uso irresponsable de la misma. Llegados a este punto, las madres y padres debemos aceptar que las plataformas online son una nueva forma de ocio y de socialización para los más jóvenes y nuestro papel es educar y supervisar para que tengan una experiencia digital positiva.
Os recomendamos leer el artículo de la psicóloga Úrsula Perona, en el que nos explica las principales consecuencias psicológicas que pueden sufrir nuestros hijos si pasan demasiado tiempo sumergidos en las nuevas realidades que ofrecen este tipo de plataformas.