Estos meses encerrados nos han hecho valorar más la vida en la calle, al aire libre, la práctica de actividades de ocio en la naturaleza… Y, por supuesto, que nuestros hijos jueguen fuera de casa, en los parques, en el campo… con otros niños.
Pero, ¿qué ocurría meses atrás, cuando no había ninguna restricción en cuanto al uso del espacio público? ¿No es cierto que nuestros hijos, con nuestro consentimiento, abusaban de los dispositivos, de la televisión, de actividades dirigidas dentro de establecimientos? Si de algo ha servido el confinamiento es para que nos planteemos ahora si no nos estábamos equivocando de modelo de vida.
“Vivimos en un mundo tan del revés que las cosas de sentido común se han vuelto utópicas. Félix Rodríguez de la Fuente decía que llevamos miles de años alejados de la naturaleza. En esta cultura, la naturaleza es algo que está presente continuamente y de puro estar ahí no le prestamos atención», decía Heike Freire , autora del blog Educar en verde, experta en innovación educativa, y dedicada a favorecer el contacto de niños y niñas con la naturaleza en uno de los eventos de Gestionando hijos.
En esta ponencia, nos contaba los enormes beneficios que tiene el contacto con la naturaleza para nuestros hijos:
- Favorece la autonomía, la relajación y la concentración
- Combate el sedentarismo
- Estrecha vínculos
- Nos da un sentido de libertad y de pertenencia
En esta ponencia, Heike nos invitaba a “mirar y observar cómo está tu hijo después de pasar tiempo en la naturaleza y compararlo a cómo está cuando pasa unas cuantas horas mirando una pantalla. Seguramente estará más contento, más feliz, más entusiasta, más motivado”. Nos sugiere, por tanto, recuperar ese disfrute por la naturaleza y “contagiar a tus hijos ese amor”.
Sin embargo, nos dice Heike, hay varios obstáculos o mitos que nos impiden estrechar lazos con la naturaleza:
- El primero es el frío. Cuando llega, “salimos mucho menos a la calle que nuestros amigos nórdicos, donde hay la costumbre de que los bebés duerman la siesta al aire libre. Creemos que el frío causa las enfermedades infecciosas, pero los virus se propagan más cuando pasamos mucho tiempo en lugares cerrados y poco ventilados. El frío fortalece nuestro sistema inmune y el aire libre nos permite sintetizar la vitamina D”. Además, nos cuenta, “estando en contacto con el frío y el calor los niños y niñas aprenden a autorregularse. Si le decimos a nuestro hijo que se abrigue porque hace frío no le estamos ayudando a que aprenda a decidir sobre su cuerpo”. El frío nos brinda la oportunidad de plantear otros juegos al aire libre, nos dice Heike, que cuenta que “amar la naturaleza, que en algunos pueblos indígenas llaman la mujer cambiante, es algo que los niños y niñas pueden hacer si conocen todas sus manifestaciones y no solo cuando hace buen tiempo”.
- Otro de los obstáculos es la comodidad y el sedentarismo (“que es una de las principales lacras que sufren los niños y niñas y está muy relacionado con la obesidad, que ya afecta al 30% de niños y niñas españoles”).
- Y otro es el tema de los peligros, los padres solo vemos peligros en la naturaleza. «El comportamiento de padres moscones nos estresa a nosotros y les transmitimos las angustias. Hay que acompañar a nuestros hijos en la gestión del riesgo».
- Otra de las dificultades es el aburrimiento. Nuestros hijos se quejan más que nunca de que están aburridos cuando están ene l campo. Seguramente porque no tienen herramientas externas con las que se han acostumbrados a entretenerse. “José Bergamín decía que el aburrimiento es la perla de la ostra. Ese momento de no saber qué hacer, que en nuestra sociedad nos cuesta mucho aceptar, porque tenemos que estar constantemente haciendo, es un momento de creatividad”. “Nunca he visto a nadie que se muera de aburrimiento”, nos dice Heike entre risas, “es simplemente una etapa para poder empezar a crear”.
Teniendo en cuenta, por un lado, los enormes beneficios de estar en contacto con la naturaleza y, por otro, los obstáculos o mitos que nos lo «impiden», si queremos de verdad revolucionar nuestra forma de vivir, hagámosle más caso a los primeros.